viernes, 14 de diciembre de 2012

Una historia de éxito: Lladró


Intentando transmitir un poquito de energía positiva en tiempos de crisis hoy hablaré de otra historia de éxito. Y es que en el año 1953 cuando los hermanos Juan, José y Vicente Lladró experimentaban sus primeras creaciones en un horno moruno construido en su propia casa en el municipio de Almássera (Valencia) probablemente no imaginaban el alcance que adquiriría su trabajo.

Sus creaciones pronto despertaron interés y cinco años más tarde abrían una nave ya que el taller familiar se había quedado pequeño.

Fueron innovadores en diseño, estilo y en técnicas de cocción. Redujeron el proceso de cocción usando un método que les permitía obtener un acabado cristalino y los tonos pastel característicos de sus obras. A finales de los 50 abrirían las tres primeras tiendas en Valencia.

En 1965 Lladró exporta a Canadá y empieza a introducirse en Estados Unidos.

En 1967 empiezan a construir la Ciudad de la Porcelana. Una zona en la que junto a las fábricas y oficinas los trabajadores pueden disfrutar de zonas deportivas.

En los 70 lanzan su línea de Gres, material que les permite realizar esculturas de gran formato y da a sus piezas unos tonos terrosos y acabados mate. Será en esta década también cuando se creen las primeras esculturas de la colección Élite (esculturas de mayor complejidad técnica que suelen ser de gran tamaño).

En la siguiente década hay una mayor expansión internacional. Surge la filial de Lladró en Japón, China, Australia, Estados Unidos y Reino Unido. Y en 1986 se inaugura el Museo Lladró de Nueva York.

Técnicamente es en los ochenta cuando surge una de las piezas más destacadas. Se trata de la escultura Puesto de Flores. Es una pieza que muestra cientos de flores. Su elaboración requiere una gran maestría y hay un grupo de artistas dedicados exclusivamente a esta actividad. Recuerdo hace varios años en El Corte Inglés una exposición que hubo sobre Lladró en la que una señora nos enseñaba como las hacen pétalo a pétalo. Sin duda es un trabajo digno de admiración. Os dejo aquí la foto de la escultura.

También en estos años la empresa tiene la idea de crear la Sociedad de Coleccionistas, donde más de cien mil amantes de la porcelana pasan a ser clientes fijos disfrutando de ciertas ventajas a la hora de adquirir piezas de producción limitada.

En los años 90 reciben los máximos reconocimientos a su trayectoria profesional: Premios Príncipe Felipe a la Internacionalización en 1993, a la Competitividad en 1997 y a la Gestión de Marca Renombrada en 2001.

También pasan a exponer en el Museo Hermitage de San Petersburgo quedando Carroza siglo XVIII y Don Quijote como parte de la colección permanente del museo.


En 2003, el hermano mayor de los fundadores, Juan Lladró, asume la propiedad de la empresa junto a sus hijas. Es una época de apuesta por nuevos caminos estéticos que conviven con los clásicos. También se afianzan en el sector de la iluminación e inician una línea de baño, de mesa e incluso de fragancias.

No dejéis de visitar la página web de la compañía donde además de recopilar toda esta información más ampliada, podéis incluso ver el catálogo histórico. Merece la pena consultarlo si queréis ver de qué período es alguna escultura que podáis tener en casa. Y si no tenéis nada, siempre es un placer ver un trabajo tan bien hecho.

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